Yo nunca había entendido aquella frase de cajón que dice “es que hacer un toke en Medellín es muy difícil”, siempre me preguntaba que cual era el problema, que que tan difícil era poner unos cuantos cables y que una banda empezara a hacer ruido para que la gente se animara. Todas esas dudas se despejaron con el ya pasado “¡Boom! Ska Concert”.
Todo empezó hace aproximadamente un año, cuando en el parque
de los deseos nos reunimos los administradores de Medellin Ska y Eventos Ska
(Todos estudiantes Universitarios) y propusimos la idea de hacer un toke
netamente de ska en Medellín, que bastante falta hace. La idea surgió y
propuestas tentativas quedaron en el aire: el lugar, las bandas con las que
podríamos contar y el sonido, lo más básico.
Todo quedó en eso, como la mayoría de ideas emprendedoras
que salen en los días de lucidez. No volvimos a hablar mucho del tema hasta
principios de éste año, cuando por la iniciativa de una banda extranjera que
nos contactó por Facebook quisimos darle forma de una buena vez.
Las ideas iban y venían: que habláramos con bandas cercanas,
que fuéramos a hablar a tal lugar, que tal amigo nos contactaba con los dueños
de tal parte. Con más ganas que ideas, fue llegando el final de junio y eran
más las ideas y los teléfonos que los resultados.
Canciello Bar, después de un par de visitas y muchas
llamadas a preguntar hasta el más mínimo detalle, apareció como el punto de
encuentro y con ello el día (21 de Julio) y la confirmación de tres bandas,
menos la banda extranjera antes mencionada.
Con el primer perdón de muchos que vendrían, no pudimos llegar a un acuerdo por la fecha y debimos dejarlos para una próxima vez; ante la adversidad se terminó de conformar el cartel con otra banda local.
Con un flyer que se buscó como favor entre muchos amigos se empezó a anunciar el evento, el “¡Boom! Ska Concert”, a 20 días de su realización, no tenía vuelta atrás.
Con el primer perdón de muchos que vendrían, no pudimos llegar a un acuerdo por la fecha y debimos dejarlos para una próxima vez; ante la adversidad se terminó de conformar el cartel con otra banda local.
Con un flyer que se buscó como favor entre muchos amigos se empezó a anunciar el evento, el “¡Boom! Ska Concert”, a 20 días de su realización, no tenía vuelta atrás.
Evento en Facebook, anuncios en medios alternativos como
Mederock y Rockeros de Medellín, el flyer en todos muros de los implicados en
el evento; fueron días monotemáticos en nuestra página (La cual es nuestro
punto más fuerte y que más seguidores aglomera) y en nuestro blog “Ska de acá”.
Con la venta de una rifa para terminar de costear gastos
llegamos a la semana previa al evento. Todos estábamos preparados, con la
mayoría del sonido prestado por el bar o las mismas bandas y sin saber cual
sería la mejor forma de transportarlos a todos.
Un día antes nos llega la mala noticia, el baterista de
Indocumentados tuvo un accidente y por esto, la banda no podrá tocar. Un punto
menos para nosotros, sin embargo, con disculpas anticipadas y con los ánimos
todavía arriba, se informa en las redes sociales que el evento, con las tres
bandas restantes, sigue.
Llega el sábado 21 de Julio, cinco de la tarde y empiezan a
llegar las bandas. El recibimiento en el bar fue “nos faltan unas bases para
micrófono” y las llamadas a todos los que no habían llegado no se hicieron
esperar; al final un par de billetes y se logran conseguir prestadas, hasta
ahora todo de acuerdo al plan.
Empiezan a llegar los asistentes y entregan los $ 10.000
acordados como cover para el espectáculo, con las bandas sentadas y esperando,
sólo falta comenzar a cuadrar el sonido.
Una persona que tiene las llaves donde está parte del sonido
del bar no llega y se empieza a retrasar el evento, de un “empezamos a las siete” pasamos a un “empezamos a las
siete y media” y así hasta que nos tocó decir “no sabemos, ya deberíamos de
haber empezado”.
Con justa razón, más de uno se va disgustado y pide el
dinero a cambio, sólo se escucha el “pagamos para ver unas bandas y no hemos
escuchado la primera”. Sin poder mirar ni a los ojos, toca ver como se reduce
el dinero y como no se llega ni a la mitad del número de personas esperado.
Los sonidos de Niquitown empiezan a las nueve de la noche,
cuando ya los asistentes que todavía quedaban estaban viendo la forma de pasar
la espera y nosotros la forma de pasar la vergüenza. Don Vito y su gente acalla
las canciones del computador y por fin estalla nuestra bomba ska. Tributos a varios internacionales mezclados con los mejores
temas de ellos y las tensiones bajan, después de unos cincuenta minutos y le dan paso a la siguiente banda, Unos
Vagabundos.
Con los mejores temas propios y volviendo a los integrantes originales, Unos Vagabundos se toma el escenario, suenan Domador de piso, Colombia Ska y Tiempos Difíciles, ésta última como para enmarcarla a esas horas del evento, donde la soledad acompañaba a los organizadores que estaban haciendo las veces de caja en la puerta; Unos Vagabundos terminan su show.
Barahúnda, la más nueva de las tres y la única dedicada a un tributo completo a una banda, prepara los mejores temas de Los Fabulosos Cadillacs y las expectativas son pocas, hasta que empieza el primer tema.
Un par de canciones más y hasta el organizador del bar
estaba en primera fila saltando y bailando. ¡Por fin! Todo es alegría,
diversión y caras felices.
Piden un tema, otro y otro, no quieren que los dos
vocalistas de la banda dejen sus micrófonos, a eso de las 12 de la noche se
llega al punto más alto y cada agradecimiento, gesto de felicidad y apretada de
manos recompensa el que no se haya llenado el lugar ni mucho menos los
bolsillos de nadie.
Se termina la noche y ante el dolor y la pena nos despedimos
todos sin poder dar remuneración más allá del transporte de cada quien, las
criticas llegan y ante la adversidad todo queda para una muy posible segunda
edición.
Más allá del dinero, es mucha la experiencia que se adquiere
en éstas circunstancias y muchos los puntos por mejorar, sólo queda el
agradecimiento, al amigo que me prestó la cámara para cubrir el evento, a quienes
nos alquilaron las cosas faltantes, a todos los que fueron, a los que nos
esperaron que empezáramos, a los que bailaron todos los temas, a los
administradores de Canciello Bar, Indocumentados, Barahúnda, Niquitown, Unos
Vagabundos y en general a todos los que vieron nuestras adversidades y aun así
creyeron en nosotros y nos apoyaron; porque gracias a éstos podemos pensar en
crear una nueva fuerza que aunque con las uñas tratará de mover más el ska en
la ciudad.
Por: Felipe Hincapié
Medellín Ska.